jueves, 16 de mayo de 2013

El mundo es un pañuelo...

...y yo vivo del lado donde alguien se limpió los mocos.

Facebook debería venir con un cartelito de adventencia que diga algo como: "Tenga en cuenta que al iniciar sesión estará expuesto a encontrarse con toda una gama de individuos que podrán o no complicar su vida gratuitamente".
Hace cosa de un par de semanas un amigo mío participó en la "Monster Walk", una caminata pacifica que hacen un par de veces al año por las calles de Buenos Aires -y de otras ciudades del mundo- en donde la gente se disfraza de sus monstruos favoritos y desfila para que el mundo los vea. Mi amigo se vistió de La Muerte y en la caminata se encontró con brujas, vampiros, ángeles caídos, zombies, fantasmas, Frankestein, El Guasón, Pepito, Drácula, El Diablo y hasta Jesús. Y es con el hijo de Dios con quien empieza este episodio en mi vida.
Mi amigo colgó las fotos de la MW en su facebook y yo comenté en algunas de ellas. Había una particularmente buena donde Jesus y el Diablo jugaban una partida de ajedrez y La Muerte estaba en medio, como haciendo de árbitro. También había otra donde parecía que Jesús intentaba bendecir a una masa de muertos vivientes. El punto es que yo comenté en las fotos y en un momento dije creer conocer al chico que interpretaba a Jesús, su cara me resultaba familiar, como si nos conocieramos de la facultad o algo así, pero ni siquiera sabía su nombre. "Jesús" respondió al comentario, nos reimos todos un rato y ya, pasó.
Pero luego recibí un mensaje privado de "Jesús" (obviamente no le decía así a él, solo que no quiero dar su nombre acá) preguntándome si yo no había trabajado alguna vez en una empresa de Call Center, en atención al cliente de una súper tienda yankie, y ¡si! efectivamente, hace 5 años yo trabajé en ese lugar por aproximadamente 3 meses y entonces recordé quién era él de entre todos mis compañeros de aquella época. Fue muy lindo encontrarse así con alguien de antaño y empezamos a contarnos como habían sido nuestras vidas en todo ese tiempo y etc. ...bueno, yo le conté un montón de mi y él se dejó las cosas más importantes bien guardaditas.
En una cuestión de apenas días de intercambiar varios mensajes privados por face, J. me invitó a salir. Al principio estaba medio incómoda porque no me sentía atraída por él físicamente, pero por otro lado no dejaba de pensar en que hace mil años que no salgo con nadie y una cita para tomar un café y ponerte al día con un viejo conocido no implica ni matrimonio ni sexo salvaje... ni siquiera implica un beso. Entonces, después de pedirles un poco de consejo a mis amigas, terminé aceptando verlo el sábado siguiente a la tarde.
Mientras pasaba todo esto (en un tiempo no mayor a 3 días de corrido), yo revisé su página de facebook para saber un poco más de él y me enteré de que es un par de años más chico que yo y de que tiene un hijo, pero su estatus sentimental aparecía vacío. Me metí en el facebook de su hijo de 4/5 años (algo que realmente no entiendo es porqué los padres permiten que sus chiquitos tengan un face cuando es algo que no corresponde, porque van a ver un millón de cosas que no deberían y están expuestos a todo tipo de depravados virtuales) y encontré a otras personas, busqué a la madre pero no tenía idea de cual era, y en definitiva no encontré "relaciones" con el padre, así que lo dejé pasar.
Y entonces, como al día 2 de mi charla "privada" con Jesús, recibo otro mail privado de una chica de nombre "Río", con quien tengo un par de personas en común, la primera es mi amigo La Muerte y la segunda es alguien completamente inverosímil: una mujer de sesenta y pico de años que es la suegra de una prima mía y que no tengo idea de porqué la tengo en facebook, pero como es casi familia y nunca está conectada prefiero no causar un problema por eliminarla.
Esta chica, "Río", fue alumna del secundario de esta otra señora pseudo-parienta mía, entonces con esa excusa ella me escribió para preguntarme si yo había sido su alumna también, si eramos del mismo colegio, del mismo barrio... Resultó que teníamos algunos puntos de "conexión", aunque no a grandes rasgos ni muy fuertes. No eramos del mismo círculo, pero teníamos a todo un barrio en común, conocíamos los mismos lugares y probablemente más personas de las que llegamos a mencionar.
De nuevo, hasta este punto de la historia, todo normal y hasta algo gracioso. Hasta que se me ocurre entrar en el face de esta chica para chusmear un poco... y fue entonces que todo tuvo sentido. Con ver un par de nombres entre sus amigos y unas cuantas fotos de la MW fui capaz de unir los puntos y ya nada me pareció tan gracioso ni tan fortuito. Esta chica, "Río", era la madre del hijo de "Jesús". Ellos no se tenían como amigos mutuamente y yo no podía ver la relación de ella con el niño porque no la había agregado como amiga, pero tenía fotos con el chiquito en poses muy obvias de mamá e hijo. Y a eso le sumé los comentarios que me hicieron los dos por separado y pude deducir que vivían juntos o en el mismo barrio de Capital, por lo menos (y a muy pocas cuadras de mi casa, encima).
Automáticamente, fui a mis amigas a contarles todo esto y a pedirles ayuda sobre cómo proceder, ya que me sentía como una colegiala en medio de un posible drama de culebrón mexicano. Después de variados consejos y teorías, decidí empezar haciéndole algunas preguntas más personales al muchacho para ver si era capaz de admitir ciertas cosas. Pero o yo no soy buena detective o él es muy bueno para dar respuestas evasivas (creo que fueron las dos cosas juntas), así que sin esperar demasiado me decidí por la confrontación directa. Me pareció que era lo mejor, ya que no quería generar un lío de pareja cuando ni siquiera estaba interesada realmente en el chico. Le mandé un mensaje de pocas pulgas, explicándole (en menos palabras de las que usé acá) como había atado los puntos en toda la situación y que, si estaba en lo correcto y ella era la mamá de su hijo, me resultaba demasiado sospechoso que se pusiera en contacto conmigo justo después de que lo hizo él. Le dije que mi intención respecto a la salida del sábado no era otra más que chusmear un poco sobre viejos conocidos, pero que toda esta situación ahora me ponía muy incómoda.
El respondió y se hizo cargo de todo lo que le dije. Que si, ella era la mamá de su hijo, que él no tenía idea de que me había contactado pero que hacía años que ellos no eran pareja aunque --wait for it-- vivían juntos porque siempre fueron muy buenos amigos... ... ... ... Puede que en muchos sentidos yo sea medio tarada por falta de experiencias, pero no tengo 30 años completamente al pedo y esa línea se la habría creído cuando tenía 15, quizás, pero no ahora. Él me dijo que sus intenciones de la salida eran las mismas, así que si me incomodaba podíamos seguir siendo amigos por face por ahora y quizás en el futuro nos tomaríamos ese café solo para charlar. Le dije que me parecía lo mejor, que ella no me dijo nada malo y ni siquiera lo había mencionado a él, pero aún así yo prefería mantenerme al margen, y ya no hablamos más después de eso.
La jermu, por otro lado, siguió jugando el papel de "te-encontré-de-casualidad" y  me siguió mandando mensajes como si no pasara nada. Al principio le contesté, pero intenté bajar el tono de confianza en mi respuesta. Como eso no surtió efecto, al siguiente mensaje directamente le respondí cortante, prácticamente comportándome como una perra súper creída. Y aún así me volvió a escribir, aunque ya mucho más rebajada su confianza y en un tono de "disculpá-si-te-molesto", y finalmente a ese mensaje ya no le respondí nada.
Me sentí mal por actuar de esa manera porque realmente parecía como si la mina no tuviera idea de nada, parecía como que realmente fue todo una coincidencia... pero después pienso en que prefiero pecar de perseguida o paranoica y no de boluda manipulable así que, si me equivoqué con esta chica, lo lamento mucho pero tampoco es como si ella o yo nos perdiéramos de mucho por no continuar con una posible amistad nacida de coincidencias en facebook.

Fue en ese momento en que hice el juramento (y les hice prometer a mis amigas que me lo iban a recordar la próxima vez) de nunca más intentar salir con alguien a quien conozca por medio de internet. Esta es la tercera vez en que un chico aparece en mi vida por este medio: el primero fue el Kung Fu Freaky (quizás lo recuerden); el segundo fue uno que conocí en este mismo blog (y quizás por eso fue que nunca escribí sobre él) con quien me hice muy "amiga", nos comentábamos mutuamente todo el tiempo y así pasamos de blogger al msn para tener conversaciones más fluidas y conocernos mejor. Hace cosa de un año y medio parecía que finalmente ibamos a salir, pero todo se vino abajo porque se portó como un nene miedoso y vueltero, y me dejó con las ganas y arruinó todo. Esto fue por enero del 2012 y creo que fue la gota que rebalsó el vaso y me terminó de empujar a la depresión que me sobrevino después. No por el chico en cuestión, sino por lo que representaba para mi volver a salir con alguien.
En el caso actual, con "Jesus" y "Río", lo que realmente me hizo sentir mal fue el simple hecho de encontrarme en esa situación sin haber hecho nada para generarla. Y, si bien salvé las papas a tiempo y no me quemé en el proceso, la verdad es que un poco me hice ilusión con el hecho de tener una cita después de tantos años. No tuve muchas de esas en mi vida y, aunque no me interesara demasiado el chico, la idea me hacía sentir más normal, más mujer, como si fuera el primer paso para un cambio en mi vida, como si esa primera cita fuera a llevarme hacia otras y quizás a una realmente buena en un futuro no muy lejano...
Se que estaba poniendo demasiadas fantasías en un simple café con un viejo conocido, pero no me pude contener y empecé a soñar sin siquiera darme cuenta de que lo estaba haciendo... hasta que el reloj despertador de la realidad me dió los buenos días.